No es necesario llegar al grotesco
No me cabe duda de que buena parte del éxito de Lena Dunham y su comedia "Girls" responde a romper estereotipos. En su serie, las veinteañeras de Nueva York no son esas chicas perfectas, intelectuales, estilizadas o bien vestidas que se veían en otras décadas. Hannah, el personaje que Dunham interpreta -y del que se ha ocupado de aclarar que no es ella-, es una chica bastante "imperfecta" (según los cánones de otra época). Empezando por su apariencia: es gorda y no le importa, no oculta su cuerpo; se viste mal y no de la forma que más favorezca a su físico, y no se hace drama. Y en su forma de ser combina ingenuidad con reflexiones algo más elaboradas, y una verborragia por momentos molesta. Está bien, Hannah es un ser humano como todos. Hasta ahí todo bien. Pero cuando la línea se corre y empieza a caer en lo ridículo, ya la cosa no me cierra. Dunham somete a su personaje a situaciones que creo que se pasan un poco de lo creíble por más aceptación o autoestima alta que pueda tener Hannah. Por ejemplo, se empeña en aparecer desnuda todo el tiempo, sin que el pudor o a veces algo de vergüenza por no tener el cuerpo perfecto (cosa normal, que nos puede pasar a todos) le hagan ningún tipo de ruido. Nadie se la pasa desnudo por la vida y menos frente a gente que no conoce, e incluso ante la que conoce. En el segundo capítulo de esta temporada, su amiga Jessa no se inmuta cuando, completamente desnuda en el sillón de su casa, entra un amigo. Sigue comiendo su helado como la cosa más normal del mundo, mientras el amigo muestra incomodidad. Volviendo a Dunham, tampoco le importa si Hannah vomita, se mancha un vestido torpemente o se descontrola frente a todo el mundo. Todo eso porque está borracha, pero está bien, se está divirtiendo y siendo "ella misma". Es cierto, se trata de una comedia y no de la vida real. Lo que me molesta es que se insista demasiado sobre lo mismo porque la cosa pierde efecto. Ya entendimos que Hannah y sus amigas tienen cero drama con su cuerpo, no hace falta volver sobre eso una y otra vez, y de forma tan grotesca. Sacando esto, no hay dudas de que "Girls" es una serie distinta, adaptada a la realidad de la juventud post-recesión de los Estados Unidos, y que se ajusta a las nuevas concepciones de series "cools". Por eso mismo, no es para todo el mundo, cosa que también me parece bien. Apuntar a públicos específicos es tan válido como intentar ser masivo, depende de cada uno. "Girls" no pretende ser masiva; lo que yo le pido es que, en el afán de no querer serlo, no abuse de todos aquellos detalles que la hacen propia de un determinado público. La receta "menos es más" sería muy apropiada en este caso.
Comentarios
Publicar un comentario