No es cine, es información
Nunca estuve de acuerdo con los Ministros del Interior que, ante el crecimiento de la crónica roja, acusaban a los informativos de televisión de estar creando una sensación de inseguridad que no era real. La tan mencionada sensación térmica. En lo que sí coincido con ellos es en rechazar la forma cómo se presenta la información, imprimiendo un dramatismo que no corresponde. A los periodistas sólo les toca informar. En esto lleva la delantera Canal 4, musicalizando los reportes como si se tratara de una película en la que hay que crear un clima especial; dando minutos de más a víctimas o testigos para que lloren unos o hablen de más otros, cuando eso no aporta a la información pura y dura; o asignando a esa área a periodistas que creen que deben hablar con un tono melodramático o poner cara de sufrimiento (Roberto Hernández es el ejemplo más claro). El resto de los canales no alcanzó aún ese nivel... pero tampoco está tan lejos. Los médicos no operan con lágrimas en los ojos, los periodistas no deben informar con los sentimientos. Y no por eso creemos -en cualquiera de los dos casos- que son insensibles. Tampoco quiero comentarios de los presentadores en estudios, ni con palabras (Jorge Traverso) ni con gestos (Fernando Vilar). La crónica roja debe estar presente en los noticieros, pero en su cuota justa, sin regodeo posible, aunque eso venda. Si las noticias están bien presentadas, en cantidad y calidad, las conclusiones sólo le corresponden al extremo final de la cadena: los televidentes.
Lo dicho!
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