Son públicos y eso basta

Me encanta el doble discurso que se cultiva en este país. Por un lado se defiende que exista la farándula nacional, se aplaude que aparezcan programas que se ocupen de los chimentos uruguayos y se devoran las revistas con fotos de la intimidad de los famosos. Pero cuando se pasa al otro lado del mostrador y uno es el criticado, del que se comentan sus acciones o se pesca en situaciones que no gustan, ya todo lo anterior se echa por tierra. Entonces se dice que la persona que habla de ese famoso ofendido está invadiendo la vida privada de las personas, es envidiosa, no tiene autoridad para hablar de nadie, es un frustrado... en definitiva, cuando no te elogio, no te aplaudo, ni digo que sos una maravilla, no tengo autoridad (ni moral, ni en capacidad, ni en nada) para hablar de vos. Pongámonos de acuerdo: si son personajes públicos y aparecen en los medios de comunicación, cualquiera puede opinar de ustedes. Ese es el precio a pagar. En ustedes está saber si la recompensa vale ese precio. Mientras sean públicos, estarán dando a entender que sí.

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