A gusto del consumidor
He escuchado varios comentarios elogiosos de "Soñando por cantar". La mayoría destacando que es todo buena onda, libre de escándalos, con un jurado que hace críticas constructivas y siempre con respeto. Por lo general aparece la frase "nada que ver con 'Bailando por un sueño'", si bien muchos saben que quienes están detrás son los mismos: los responsables de Ideas del Sur, con Marcelo Tinelli a la cabeza. Esto es una prueba más de la inteligencia y habilidad del comunicador argentino. Deja en claro que es un hombre que puede estar tanto detrás de un programa lleno de escándalos, como de otro que no los busca. Porque a lo que siempre apunta es a ganar, a hacer lo que le da rating, porque es un empresario de la TV. Cuando vio que Telefé dejaba vacante el espacio bien ganado por "Talento argentino", se jugó por un producto casi idéntico, por no decir igualito, a ese reality (creo que la única diferencia es que sólo busca cantantes). Y empezó armando un jurado con cierta polémica, representada fundamentalmente por Marcelo Polino, identificado con la agresividad y la mala onda. Pero el resultado no fue igual que en "Bailando por un sueño", donde Polino terminó quedándose con un puesto que empezó ocupando como suplente. En "Soñando por bailar" su "personaje" no fue bienvenido e Ideas del Sur lo sustituyó, apostando por un jurado que se destaca por saber de lo que habla, haciéndolo siempre con respeto y aliento hacia los participantes, aunque les tenga que decir que carecen de aptitudes para el canto. Y ahí está una de las claves del éxito de este programa: todo transcurre en un ambiente optimista, donde todos ganan porque, aunque no pasen a la siguiente ronda, se sacan el gusto de que artistas argentinos de peso (Alejandro Lerner, Patricia Sosa, Valeria Lynch, los Pimpinella) o entendidos en la materia (el productor Oscar Mediavilla) los escuchen, los aconsejen y hasta entonen alguna canción con ellos. Eso, sumado a la emoción que se vive durante todo el programa (a veces un poco exagerada y melosa demás, hay que reconocerlo), hacen que este programa esté hoy en boca de muchos que critican con fuerza a otros productos de la factoría Tinelli. Es que hay público para todo y hay que hacer productos para todos los públicos. A eso apuntan empresarios como Tinelli que demuestra, una vez más, por qué es el señor éxito de la TV del Río de la Plata. El señor tiene ojo y así como ahora sabe que lo que vende es este clima de fiesta permanente, sabe también que en veinte días deberá volver a los escándalos del "Bailando" porque, aunque el doble discurso diga lo contrario, el público se lo terminará reclamando. En ese momento no olvidemos que ese Tinelli es el mismo que hoy está detrás del muy aplaudido "Soñando por bailar".
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