No es lo mismo
Periodismo de espectáculos no es lo mismo que periodismo de chimentos. Mientras el primero se ocupa de dar noticias del espectáculo, al segundo le interesa la vida privada de personas vinculadas al espectáculo. Mientras el primero informa sobre una película de cine, una obra de teatro o un recital, el segundo cuenta quién está saliendo con quién, quién se peleó con quién o quién habla mal de quién. Es cierto que un mismo medio puede abordar todo, pero si lo que ocupa más espacio en una nota es lo que la persona entrevistada hace profesionalmente y se deja como tema para un recuadro o para una pregunta de color su vida personal, es una cosa; ahora si la entrevista está titulada con algo así como "Estoy de novia y feliz" y todo el diálogo gira en torno a eso, y apenas se menciona que está haciendo profesionalmente, sin duda que el encare es otro. Christian Font hace un programa de espectáculos, Luis Alberto Carballo hace uno de chimentos. Y hacer uno u otro no los hace mejores o peores, pero como el periodismo de chimentos está mal visto aunque lo consuman más que el de espectáculos, hasta los que lo hacen no quieren definirse como periodistas de chimentos y dicen que son periodistas de espectáculos. Pero no lo son. Está más claro en los nombres que eligen los programas o medios que toman como modelos: "Intrusos" es evidente a qué apunta, revista Paparazzi toma su nombre de los fotógrafos que van a la caza de los famosos no cuando están actuando, sino cuando están saliendo a cenar con alguien. Incluso los personajes que desfilan por los medios chimenteros no son los mismos que los que dan notas sólo para promocionar su trabajo. En los chimenteros son siempre los mismos personajes en busca de fama a cualquier precio, mientras que los famosos que sólo quieren atención para su actividad profesional raramente aparecen en ellos. Separar espectáculos de chimentos no significa darle mayor crédito a uno que a otro, se trata sólo de diferenciar lo que es distinto. Por suerte, el público sabe hacerlo, sería bueno que sus protagonistas también.
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