Un poco de menos Puglia
Puede gustar o no, pero no hay dudas de que Sergio Puglia es un gran conductor y comunicador. Entre sus habilidades está que es capaz de vender el producto menos popular o anodino como si fuera la joya más preciada de la Corona. Y eso está bueno para su grupo de anunciantes, que sabemos son fundamentales para que un programa de TV o radio esté al aire. Pero puede terminar atentando contra el contenido de ese programa, que al fin y al cabo es lo que le interesa al espectador. Viendo "Puglia invita" uno puede deleitarse en la primera media hora con lo que cocina Alicia Magariños asistida por Puglia, pero al mismo tiempo puede saturarse de lo que por momentos se transforma en un supermercado, porque el conductor aprovecha cada hueco o espacio para hacerle publicidad a un producto. Todo unido, sin pausa: el plato a preparar, un aviso, los ingredientes, un aviso, los pasos, un aviso, los consejos, un aviso... Todo dicho por la misma persona, que parece no respirar entre una cosa y otra. Cansa, satura y termina por ser contraproducente para ambas patas del programa: el contenido y los avisadores. Si bien Puglia es un excelente vendedor, creo que sería bueno que no hiciera toda la publicidad dentro del programa, que dejara alguna para un locutor en off. Eso haría el programa más ágil, menos pesado y más favorable a los fines de la propuesta: agradar al público y, al mismo tiempo, conformar a quienes apoyan económicamente a la iniciativa. Porque es claro que un programa necesita de ambos y eso significa contemplarlos por igual. Un poco de menos Puglia sin desaprovechar lo que este comunicador tiene para aportar.
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