Cuando los actores justifican todo

Cuando hay buenos actores, muchos "peros" desaparecen. Es lo que ocurre con "Inseparables", la remake argentina de la francesa "Amigos intocables". ¿Qué necesidad había de hacer una nueva versión de un film que fue exitoso en todo el mundo y difícil de olvidar? Ninguna. Y más si se tiene en cuenta que Marcos Carnevale, el director, copió casi al detalle muchas escenas de la película francesa. Hay poco de diferente entre una y otra, son diferencias que tienen que ver más con la idiosincrasia del lugar donde transcurre la historia que con la historia en sí, que podría ocurrir en cualquier lugar del mundo. Pero lo que la hace altamente recomendable y disfrutable, más allá de que se conozca la original y se la considere muy buena, son las enormes actuaciones de Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Teniendo en cuenta que François Cluzet y Omar Sy hicieron un magnífico trabajo en sus interpretaciones del millonario tetrapléjico y del ex convicto que lo cuida sin otras dotes que su sinceridad y naturalidad al relacionarse con la gente, lo de los argentinos es más que destacable. Está a la altura de sus antecesores e iguala su talento aportando su propia impronta. Martínez solo tiene su rostro y cuello para expresar todo lo que tiene que expresar en esta película, que es mucho, y lo hace en forma magnífica. Y De la Serna tiene un carisma y desenfado para hacer del chanta argentino que cuida al millonario, que se lleva buena parte de los aplausos de esta historia. Juntos son dinamita, se podría decir. Como Cluzet y Sy. Y eso es lo que hace recomendable volver a ver una película que ya se hizo y se hizo muy bien. Martínez y De la Serna son la excusa perfecta, por no decir la única. Permiten que uno vuelva a meterse en el relato como si fuera la primera vez, olvidando que sabe todo lo que ocurrirá, o al menos casi todo. Mérito de dos grandes intérpretes, dueños de una gran trayectoria y talento que acá vuelven a demostrar para deleite de todos. 

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