El duelo actoral que brilla en "Sr. Ávila"

Este domingo termina una nueva temporada de "Sr. Ávila" y más allá de que los guiones de Marcelo y Walter Slavich siempre tienen puntos a destacar, lo que más disfruto cada vez que miro un capítulo de la serie mexicana es el duelo actoral entre Tony Dalton y Carlos Aragón. El primero como el Señor de los Señores y el segundo como su mano derecha mantienen unos diálogos plagados de humor negro e ironías que son un deleite. El primero le toma el pelo o mandonea mal al segundo, el segundo no se amedrenta y responde con altura y mucha gracia. Creo que si hay que elegir a uno de los dos actores, me quedo con Carlos Aragón, uno de los mejores comediantes de México hoy en día que acá no hace un personaje cómico, pero se le nota la veta humorística por la seriedad -aunque parezca paradójico- con la que le retruca a Ávila todos sus "maltratos". Con "cara de póker" -y otras caras también-, Iván lanza las respuestas más brillantes e inesperadas. El personaje de Dalton sabe cómo pincharlo y también demuestra un buen dominio de este juego por parte del actor que lo interpreta. Las cosas que se dicen son geniales y cómo se las dicen dan más genialidad aún a sus intercambios. La serie es buena en general, de las pocas latinas hechas para HBO que me han gustado, y en eso tiene buena cuota de "culpa" el duelo Ávila-Iván, jefe-empleado, superior-subordinado, en el que si bien el primero es el que manda y tiene el poder, por momentos parece que el control lo tiene el segundo. Se ha llegado a decir que Iván es el verdadero "Señor" de la historia sobre una organización de asesinos a sueldo. Tal vez no lo sea en la historia, pero para mí lo es en cuanto a la importancia que el personaje tiene para que la serie funcione y deje muchas escenas para encuadrar.

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