Cuando el relator no es el apropiado
El relato de fútbol televisivo no es igual al de radio, eso está claro. El primero debe acompañar la jugada, ser medido y no estar contando absolutamente todo porque el televidente está viendo lo que pasa. El segundo sí debe ser más detallado porque la persona que lo recibe, por lo general, no está en el lugar de los hechos. Sucede mucho que relatores de radio no sirven para la TV porque tratan de hacer lo mismo que en el dial y eso no funciona. Saturan, cansan. A mí me pasa con Julio Ríos y sus relatos en Fox Sports. En cambio, Rodrigo Romano es de los que se manejan bien en la pantalla chica. Más allá de que, por querer imponer frases, diga cosas como "cómo contarlo, cómo explicarlo, si igual no me lo van a creer", cuando todos estamos viendo lo mismo que él. Igual, no afectan al conjunto, Romano se deja escuchar a pesar de que haya días en los que los chistes internos del equipo de Tenfield se impongan. Por eso, si Romano no regresa pronto a los relatos de Tenfield -o simplemente no regresa-, la empresa deberá buscar alguien que lo sustituya porque Javier Díaz no colma las expectativas. Díaz tiene una voz bastante molesta y grita, pero eso se podría solucionar con un fonoaudiólogo. El problema es que comete muchos errores, confunde a los futbolistas, dice un nombre por otro. Eso en un relato no puede ocurrir, es casi la base saber quién se la pasa a quién o quién le hizo una infracción a quién. También es un tema que tiene solución. Pero mientras Díaz no resuelve esos inconvenientes, algo creo que hay que hacer. Fabián Viude, otro de los relatores de la empresa, bien podría ser la respuesta. Es correcto, conoce a los protagonistas y tiene una voz agradable para el relato. Igual todo pasa por una decisión de fondo que me parece que Tenfield ya debería de terminar de tomar: si vuelve o no Romano. Con él, la transmisión es una cosa; sin él, la cosa no está resultando.
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