No quería, pero me atrapó

La verdad no quería mirar "Historias de cárcel". Me negaba a ver otro programa en el que los protagonistas son los presos. No porque entre ellos no pueda haber gente que puede cambiar y ser valiosa, sino porque entiendo que hay mucha gente que es valiosa, no ha pasado por la cárcel y nadie ha apuntado sus cámaras hacia su realidad. Pero tengo que reconocer que lo que vi de "Historias de cárcel" me atrapó. Los programas de Aureliano Folle siempre me parecieron muy buenos, considero a "Víctimas y victimarios" uno de los mejores programas nacionales de los últimos tiempos: bien producido, bien realizado y bien conducido. Pues bien, "Historias de cárcel" va por ese camino. Se nota que hay una gran producción periodística detrás por las historias que se eligen y sus protagonistas. El cuidado de la imagen es tan bueno como el de "Víctimas...", sólo le falta las recreaciones, por lo demás va por su misma línea de impecable fotografía y edición. Y "Nano" es el hombre indicado para conducir programas como éstos, para ganar la confianza de gente que es parte o convive con mundos que están al filo de la ley o directamente fuera de ella. Rescato además cómo se arma el programa, en el que las tres historias elegidas se van mechando en cada bloque, de manera que las tres están abiertas hasta el final y para cada una se deja una intriga por resolver en el último bloque. No quería ver "Historias de cárcel", pero si siguen con el nivel de excelencia y atractivo que me demostraron en el primer programa, sin duda que lo voy a seguir haciendo hasta el final del ciclo.

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