Pareja despareja

En una de las columnas, criticando la sobredosis de "Gran Hermano" que ofrecía Canal 4, creando cosas como "Gran Hermano Vespertino", dije que no era una postura contra Luis Alberto Carballo y Evangelina Ortiz porque conducían bien la "pata uruguaya". Con el paso de las semanas debo confesar que me equivoqué. Mientras Carballo se afianza cada día que pasa en la conducción y demuestra su aceitado dominio del oficio, Ortiz se ha soltado lo suficiente como para desnudar completamente sus limitaciones y dejar sentado que es sólo "una cara (y cuerpo) bonita". La chica no es capaz de captar los chistes que le hace su compañero (como en el aviso del desodorante que el chico le dice a la chica "me estoy asando" y ella responde "qué raro, no sale humo"), y cuando lo hace el momento ya pasó y el efecto de la broma se diluyó. Un ejemplo: Carballo habló de "traición a la mexicana" y Ortiz preguntó quién es "la mexicana". No ayuda mucho el hecho de que les escriban guiones en los que anuncian que va un tape y aparece otro, porque ahí se nota el oficio de Carballo para salir del paso mientras su compañera se empantana. Tampoco sabe leer, sino veanla cuando lee los twitter de los participantes (más allá de que están mal escritos, debería tener la cancha para rescatar la esencia del "twit", que es lo que logra su co-conductor). Es cierto que muchas veces adopta el personaje de la "chica tonta" con preguntas guionadas, bailes improvisados y caras a la cámara. Pero da la sensación de que ese momento pasa y la tontería sigue ahí, no es actuada. De todas formas, Ortiz no es la única que se hunde en este programa, lo hacen los ocasionales panelistas del debate uruguayo. ¿Para qué convocar a esos panelistas si ya tenemos muchos y muy buenos en el programa argentino? ¿Cuáles son sus credenciales para ocupar esos asientos (ojo que quizás las tienen y yo no las conozco)? A esta altura me parece que Carballo tiene ganas de salir corriendo, pero no puede, Canal 4 le pidió estar ahí (Cacho De la Cruz se lo dijo más claramente en la entrevista que le hizo en "Pizza a Carballo"). Lo bueno es que el conductor optó por mostrar que puede remar cualquier bote y que está bien despegado de quienes lo rodean. Las diferencias son cada vez más abismales y se nota que seguirán acentuándose con el paso de los días. En este caso quizás funcione el dicho de que es mejor no cambiar de caballo en medio del río, lo que sí se puede hacer es tomar nota para cruces futuros.