Un genio

Soy fan de Antonio Gasalla desde hace años. Por lo que me resulta muy difícil ser crítica con algo que haga, pero creo que nadie puede discrepar conmigo si digo que "Más respeto que soy tu madre" es una obra excelente y altamente recomendable. Parece especialmente hecha para el cómico, escrita por él, y en realidad se trata de una adaptación del blog de Hernán Casciari. Pero es perfecta para que Gasalla se luzca una vez más en lo que es su especialidad: los personajes femeninos. Mirta Bertotti, esa ama de casa argentina de 50 años que debe lidiar con una familia tan peculiar como reconocible, parece haber sido creada al servicio del cómico argentino. Éste sabe cómo imprimirle tanto gracia y desparpajo como la ternura y comprensión que toda madre tiene con sus hijos, cualquiera que sean sus elecciones de vida. Porque Mirta debe vérselas con un hijo que se confiesa homosexual, con una hija en pleno despertar sexual y con otro hijo al que le gusta andar de vago y drogarse. A esto hay que sumarle un marido desocupado y un suegro con aires modernos que cultiva marihuana para venderla. Todo esto, que podría poner a cualquier ama de casa al borde de la locura o de un ataque de nervios, es asumido por Mirta con toda la naturalidad que le imprime el hecho de intentar comprender a cada miembro de su familia de acuerdo a su realidad. Gasalla habla y habla, lleva el espectáculo sobre sus espaldas durante las casi dos horas que dura la obra. Él es la obra por más que el elenco que lo acompaña está muy bien elegido y rinde en lo suyo. Y durante todo ese tiempo, el cómico no para de hacer reír, pero con pequeñas pausas - a veces imperceptibles- donde se cuela una cuota de ternura. De ternura materna, familiar, que hace que pasado un tiempo del final de la obra, al espectador le quede algo más que un simple momento de risa y diversión. Por eso es que "Más respeto que soy tu madre" es una obra redonda, perfecta, excelente. Por el guión, por la adaptación y dirección (del propio Gasalla), por las actuaciones y por el gran Antonio Gasalla. Que los aplausos se extiendan indefinidamente tanto cuando el cómico entra por primera vez a escena como cuando se despide al final, demuestra que somos muchos los que sentimos lo mismo. Todavía quedan grandes artistas, Gasalla es uno de ellos. Brindo por eso.