Nos quejamos pero...
"No hay nada para ver en televisión". Es un comentario que escucho hacer a la gente con mucha frecuencia. Hablan de la televisión abierta. Se quejan de eso y se quejan de los programas de Marcelo Tinelli. Y se ocupan de aclarar enseguida que no ven esos programas, que casualmente pasaron por allí haciendo zapping y justo vieron tal o cual cosa que les pareció horrible. Creo que en todas esas afirmaciones hay parte de verdad y parte de falta de ella. En el horario central (que es al que se refieren concretamente), no hay mucho para ver en televisión abierta. Los canales se juegan a los productos extranjeros y lo poco uruguayo que se emite no tiene -salvo excepciones- el favor del rating. La gente prefiere "Los únicos" antes de "Porque te quiero así", por ejemplo. Es que aunque la gente diga que es "una bobada", la ficción argentina está bien hecha, es ocurrente y cuenta con muy buenos actores. ¿Y la uruguaya? Luce vieja, los guiones se adivinan a la legua, porque son cosas que ya vimos en ficciones argentinas hace tiempo, entonces sabemos lo que va a pasar muchos capítulos antes. ¿O acaso usted no adivinó de entrada que el hijo del personaje de Catherine Fulop era de Lito (Coco Echagüe)? La audiencia elige lo que está mejor hecho, no lo uruguayo. No existe el patriotismo a la hora de prender el televisor. Por eso es que, aún criticándolo como lo critica, prefiere ver a Marcelo Tinelli y sus escándalos fabricados de "Bailando por un sueño". Porque, aunque lo que se ve no es lo mejor ni lo más cercano a los "buenos valores", está montado de manera tal de que termina por atrapar a un espectador al que luego le da vergüenza reconocer que se quedó mirándolo. No es la mejor televisión, no es sesuda, pero el público la sigue eligiendo. Será porque "no hay nada para ver" o porque sabe cómo hacerse elegir aunque no parezca lo más recomendable. En resumen, es verdad que no hay mucho para ver pero también es verdad que, dentro de lo que hay, el público se queda precisamente con eso que de la boca para afuera critica con mucha firmeza. Así no hay manera de que cambien las cosas y quizás es lo que queremos como televidentes. Que no cambien y que Tinelli siga siendo nuestra principal diversión... pero que nadie se entere.
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