Ganadora más allá de los números
Ya se estrenó por estos lares "La Dama de Hierro", una película que si hubiera que definir en pocas palabras habría que decir que vale por su protagonista, que sin ella sería una más y quizás hasta más atacada por la crítica. Meryl Streep es la gran excusa para ir a ver este film, porque logra una gran personificación de Margaret Thatcher, tanto en lo físico como en el carácter de la polémica ex primera ministra británica. Pero en esta columna no quiero detenerme en este largometraje de Phyllida Lloyd sino en Meryl Streep y su decimoséptima nominación al Oscar. En los últimos años he escuchado que muchos dan vuelta el hecho destacable de haber sido candidata al Premio de la Academia tantas veces, con el dato de que de las dieciséis veces en que aspiró a la estatuilla sólo la ganó tres. Entonces la califican como "la gran perdedora". Yo no lo veo así. Es cierto que trece contra tres es un dato de peso, pero creo que no se están poniendo en la balanza muchas cosas. Por ejemplo, que hay cinco candidatas por supuestamente cinco logrados trabajos actorales en los que decidirá el gusto de los votantes, un elemento absolutamente subjetivo. Que a mí me guste más una actuación que otra, no quiere decir que me haya dejado de gustar la actuación de las otras cuatro o que las considere malas, simplemente me vi obligada a elegir una. Otro aspecto es la famosa e injusta ley de las compensaciones: como Meryl Streep ya ganó un Oscar, démoselo a otra esta vez. O sino: Fulanita no va a estar nominada nunca más, así que entreguémosle el premio ahora, total Meryl Streep va a colarse en el quinteto en cualquier otro momento. Y no olvidemos los intereses económicos de quienes votan ya que siempre hay que tener en cuenta que la entrega de los Oscar es nada menos que la industria de Hollywood premiándose a sí misma. Es decir, quizás el film de Meryl Streep no mueva millones o involucre a tantos trabajadores de la industria. Todos son factores que pueden haber contribuido a que no la votaran esas trece veces en que perdió y nada tiene que ver con su trabajo frente a cámaras. Considero que el sólo hecho de ser candidata ya es un premio o un reconocimiento al trabajo realizado, así que no puede haber perdedores. La propia Academia lo ve así y por eso cambió la frase "y el ganador es..." por "y el Oscar va para...". Uno tiene que llevarse la estatuilla, lo que no implica que haya cuatro perdedores. Así que Señora Streep, toda mi admiración hacia usted y su récord que, para mí, no es una simple estadística de ganadores y perdedores, sino una forma más de reconocer su gran talento, se lleve o no el Tío Oscar a casa.
Comentarios
Publicar un comentario