Cantados, deslucidos, merecidos

La organización y televisación de una entrega de premios tiene sus bemoles. Si todos los años critican a los Oscar, los tildan de aburridos y casi todos sus conductores caen en desgracia en esa labor, ¿no iba a pasar lo mismo con los Martín Fierro? Se dijo que fueron aburridos, que el Teatro Colón no se aprovechó según sus posibilidades, que hubo ausencias notorias y que en el último bloque ya casi no quedaba nadie. Una de las principales críticas es que no hubo de tomar ni de comer, que se extrañaron las mesas con alimento y mucha camaradería, aunque en años anteriores los allí sentados ignoraran por completo lo que estaba ocurriendo en el escenario. Eso fue lo que se buscó evitar al hacerlo en un teatro, al fin y al cabo las estrellas de Hollywood no critican la transmisión del Oscar por falta de catering, las quejas vienen más que nada por la extensión de la ceremonia y que muchos de sus pasajes son bastantes tediosos. En los Martín Fierro algo de eso se dijo y algo de razón tienen, se podría haber aprovechado más el hecho de contar con un teatro como el Colón. Lo demás, es más de lo mismo. Es una entrega de premios, se anuncian candidatos, se conoce el ganador y éste agradece. Y, por lo general, siempre agradece a gente que la mayoría de los presentes desconoce, entre ellos sus familiares. ¿Pero no es lógico que el premiado se acuerde de sus seres queridos en un momento de felicidad? Si no lo hace uno de los galardonados, no llama la atención; si no lo hace la mayoría, habría que entrar a desconfiar de la sinceridad de sus palabras. Y en cuanto a los premios cantados, si todos o la mayoría coincide en que el que se hizo de la estatuilla era el que la merecía, ¿no es una prueba de que el premio fue justo? Porque si nos sorprendemos, en la mayoría de los casos (salvo que creamos que el premio está arreglado), es porque estamos pensando que ese ganador no debía serlo. ¿Está mal que "Graduados" se haya llevado la mayoría de los Martín Fierro a los que aspiraba cuando el año pasado todos hablaban de esta ficción, la elogiaban, se divertían con ella y disfrutaban de todos sus componentes (elenco, guión, dirección, realización, etc.)? Era previsible entonces que se llevara el Martín Fierro de Oro, pero eso no quiere decir que no lo mereciera. Cantado, pero merecido. No se contradice ni desluce al premio. Después, si nos aburrimos viéndolo, es otra historia.

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