Mal momento para Patricia Madrid

Vi el primer programa 2014 de "Santo y Seña" y, más allá de todas las consideraciones que se puedan realizar respecto a su contenido, el final hizo que me quedara con un mal sabor. La razón es una situación que ya me habían comentado en años anteriores sobre el periodístico, pero que al no mirarlo con frecuencia o hasta el último bloque, no había podido constatar. Y es la situación incómoda y poco feliz a la que se somete a Patricia Madrid en su interacción con el personaje de Abeijón. Más allá de que el último bloque esté dedicado al espacio humorístico y que eso se sabe, es triste ver cómo la periodista es blanco de chistes sexuales que se nota a la legua que no disfruta para nada. Y no solo consiste en chistes verbales sino, como vi el pasado miércoles, rozan con lo físico ya que el personaje creado por Gustaf simula tocarla en lugares que obviamente tienen que ver con lo sexual. Madrid, que en los bloques anteriores demuestra que es una periodista solvente y preparada, debe lidiar con un momento del programa que termina casi que por echar por tierra esa imagen. No es que ya no sea esa profesional, pero ser el objeto de los chistes obscenos de la propuesta le juega bastante en contra. Lo peor es ver cómo Ignacio Álvarez ríe, disfruta y echa más leña al fuego, en lugar de defender la imagen de su periodista, protegerla. Creo que no le gustaría nada que en todos los cierres de "Santo y Seña" se hiciera un sketch que lo dejara siempre mal parado o como el tonto del cuento. Está claro que eso no va a ocurrir. Es imposible saber hasta dónde Madrid tiene potestades o voz para poner fin a la situación, pero lo que está claro es que después no puede enojarse si en "Yo y tres más" hacen una imitación de ella que la deja como marioneta o figura maltratada por el conductor. Antes de dar a entender que está molesta con la forma cómo la presenta el programa de Canal 10, debería empezar por exigirle a su propio programa que la respete un poco más. Reitero que no es su culpa, que la situación no debe de ser sencilla y que no es a ella a la que le tenemos que pedir que esto deje de ocurrir. Sería bueno que los que sí tienen el poder para ponerle fin a este tema, se den cuenta del mal que le están haciendo a Madrid y pongan punto final a un hecho que empaña un periodístico valioso.  

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