Voy a extrañar a las "Guapas" y compañía

El viernes terminó "Guapas". Lo siento Teledoce, pero yo la vi via web, así que me considero con carta libre para hablar de su final. La serie me gustó desde el vamos, su elenco, su realización, su musicalización, sus guiones y, obviamente, cada uno de sus personajes: la negativa Mónica (Mercedes Morán), la superficial Mey (Carla Peterson), la superperfeccionista Laura (Isabel Macedo), la cómoda Andrea (Araceli González) y la esforzada Lorena (Florencia Bertotti). Cada una con su correspondiente -o correspondientes- galanes: el incansable Tano (Dady Brieva), el honesto Donofrio (Alberto Ajaka) o el mujeriego Laprida (Oscar Ferro), el tironeado Pablo (Esteban Lamothe), el incondicional Alejandro (Mauricio Dayub) y el refinado Muller (Mike Amigorena). Y ni que hablar de la serie de secundarios más delirantes y divertidos que pudieran existir: la azafata Déborah (Vivian El Jaber), el azafato Lynch (Dan Breitman), la desnorteada Natalia (Mercedes Scápola), la poco instruida Cinthia (Natalie Pérez)... por solo nombrar a algunos. Confieso que me enojé cuando hubo ese salto de año y medio en el tiempo y las historias se distorsionaron un poco. También cuando aparecieron personajes que al principio no me convencían, pero terminaron ganándome: la entrañable Silvita (grande Inés Estévez) con su amado Falcón (grande Alfredo Casero) y la atropellada Reina (grande Muriel Santa Ana) engañada por Carlos Braberman (grande Carlos Belloso). La historia se acomodó y fue lo que fue siempre: fiel a sí misma. Personajes reales, de carne y hueso, que aciertan y se equivocan como todos, a los que les pasan cosas buenas y malas como a todos. A veces que le pasara algo bueno a uno significaba que le estaba pasando algo malo a otro, y a los dos los quería por igual. Pero la situación era tan creíble que se aceptaba, siendo difícil estar totalmente contenta o totalmente triste. Y el final fue por ese lado, no fue un "comieron perdices" para todos, aunque ninguno terminó mal. Cada uno tuvo su final -o punto de partida, según como se vea- adecuado a su personalidad, no se inventó nada de apuro. Quizás faltó que volvieran al menos por un rato Lorena y el Dr. Muller, pero bueno, esas son cosas de contrato y compromisos previos que no se pueden controlar cuando una tira está prevista para determinada cantidad de capítulos y se extiende varios más debido al éxito. Se hizo lo que se pudo para conformar a la audiencia y que no pareciera falsamente alargada. Y realmente se logró, más allá de algún tropiezo que yo sentí motivo del mencionado salto en el tiempo. Pero se lo terminé perdonando porque fue una serie redonda, bien hecha, bien actuada y bien escrita.Un detalle no menor: la muy buena incorporación de las redes sociales al producto, tan es así que trascendió la pantalla y le dio vida a los personajes en Twitter, Facebook y demás. Será difícil repartir premios cuando éstos estén en juego porque hubo muchos desempeños, delante y detrás de cámaras, que son dignos de reconocimiento. Por lo pronto creo que se ganaron el premio más importante de todos, el de una audiencia que terminó ampliamente conforme con el producto y que extrañará a estas "Guapas" y "Guapos" como nunca. Gracias a todos los que estuvieron detrás de esta gran ficción, a mi me confirmaron que hacer buenas historias en TV es posible.

Comentarios

  1. y cómo no sentirse identificada con alguna ( o un pedacito de todas) de esas Guapas. Concido contigo: hacer buena ficción en TV es posible.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares