"Downton Abbey", siempre excelente

Terminó una nueva temporada de "Downton Abbey" y la palabra que me surge siempre es la misma: "excelente". La serie inglesa no decae nunca, cada capítulo es una joya e incluye de todo: romance, aventura, crítica social, dilemas morales, dilemas éticos, intrigas, humor... Todo dentro de ese estilo británico tan característico que ya no es necesario definir. Cuando se dice que algo es "muy british" está todo dicho. El capítulo cierre de temporada es el llamado Especial de Navidad, porque en Inglaterra y Estados Unidos se emite por esa fecha y remite a esa festividad. En esta quinta temporada, la celebración navideña se mezcló con una cacería, pero fuera de Downton Abbey, que es el nombre de la inmensa y lujosa propiedad en la que conviven "los de arriba y los de abajo", la familia de los condes de Grantham y sus sirvientes. El capítulo duró un poco más de lo habitual y tuvo ingredientes para todos los gustos, desde el mayordomo siempre odioso convirtiéndose de repente en "personaje bueno" para dejar mal parado a otro mayordomo más odioso aún, pasando por un hombre de doble moral que es salvado de ser descubierto en una infidelidad por la rápida acción de una nuera que hasta ese momento no veía con buenos ojos, hasta momentos nostálgicos en plena llegada de la Navidad. Me impactó especialmente por el diálogo y la sencillez para decir mucho, la escena en la que Mary, Edith y Tom coinciden en la habitación que comparten sus respectivos hijos para dejarles los regalitos de Papá Noel. Tom, el chofer convertido en miembro de los Grantham por casarse con la ya fallecida Sybil, hermana de Mary y Edith, está por dejar Downton Abbey para mudarse a Boston. En ese día tan especial le pide a sus cuñadas tomarse unos minutos para recordar a Sybil, ya que ellos tres son las personas que más la amaron. Entonces Mary le dice: "papá y mamá también". A lo que él responde: "pero somos nosotros tres quienes debíamos envejecer con ella". Un ejemplo de sutileza para decir tantas cosas, para decir que la muerte se llevó antes a alguien muy joven, para decir que no es natural que los hijos mueran antes que los padres, para decir que si bien los padres quisieron mucho a Sybil no era lo lógico que muriera antes que ellos, además de manifestar amor hacia alguien de la familia que ya no está. Apenas una muestra de cómo la serie de Julian Fellowes atrapa a todos los públicos aunque se trate de una historia de época, algo que por lo general provoca la huida de los espectadores. Contando una historia del pasado consigue reunir ingredientes que seducen al público del presente y se vuelve tan contemporánea como ninguna. Y por si fuera poco, lo hace con un elenco impecable, donde gente como Maggie Smith hace que valga hasta solo por ella destinar tiempo a esta serie. Dicen que la próxima temporada será la última de "Downton Abbey". Una pena, se la va a extrañar mucho.  

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