Distintas formas de ser (norte) americano
Terminé de ver la serie "American Crime" (AXN) y me gustó mucho. El disparador es un ataque a un joven matrimonio en su casa. Él, integrante del ejército de los Estados Unidos, es asesinado; ella, violada y violentamente atacada, quedando en coma. A partir de allí se derivan varias ramas o puntos de vista y todas ellas con los ingredientes de la xenofobia y la discriminación sobrevolando. Están la madre del asesinado (brillante Felicity Huffman, muy bien nominada al Emmy), que quiere que se haga justicia ignorando que su hijo vendía droga y su nuera desarrollaba prácticas sexuales no muy bien vistas; el padre (también brillante y nominado Timothy Hutton), ex adicto al juego y desaparecido de su familia por un tiempo, y el hermano, también militar y ahora en pareja con una asiática. Además están los padres de la mujer en coma, muy conservadores y religiosos. Hay una familia de latinos, conectada al caso porque el hijo adolescente le presta un auto del taller de su padre a otro latino -un mexicano (Richard Cabral, nominado al Emmy)-, que es el que le vende el arma al supuesto asesino. Este último es un negro drogadicto, en pareja con una chica blanca y rubia, también adicta a las drogas. La hermana del comprador del arma, que busca sacar a su hermano del problema, hace poco que se ha convertido a una religión musulmana. La encarna Regina King, ganadora del único Emmy (Actriz de Reparto) de los diez a los que aspiraba la serie. Lo interesante de este drama no es el caso policial en sí, saber quién dice la verdad y quién no, sino cómo cada personaje, desde su realidad social, cultural y étnica, se vincula con su entorno y cómo es tratado por la justicia o el gobierno. Hasta las víctimas son cuestionadas. La filmación se apoya mucho en los diálogos, que se muestran como entrecortados o editados mezclando palabras con imágenes que se dan antes o después de pronunciarlas. Cada grupo de personajes es un mundo y una realidad. Con sus verdades, sus prejuicios, sus ideas y sus razones para actuar cómo actúan. Ninguno es enteramente "bueno" o enteramente "malo", hay matices en todos. El espectador se podrá identificar con unos, otros o con actitudes y reacciones de unos u otros. El elenco es muy bueno, tantos los actores conocidos como los que no lo son y son agradables sorpresas. La primera temporada, de alguna manera, concluye, así que es difícil saber cómo seguirá en la próxima, ya confirmada. Si con algunos de estos personajes o con otros. Lo cierto es que la primera atrapa de principio a fin sin dictar cátedra de nada, sin querer imponer una ideología o forma de pensar, sin tomar partido. Simplemente, y con mucha maestría, pone las cartas sobre la mesa para que el público las relacione y decida qué hacer con ellas. Hasta es posible que no se quede con ninguna, pero igual disfruta conociéndolas. Una serie que invita a pensar y que deja con ganas de ver más.
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