Entre obstáculos interminables y la nada


Si uno se somete a ver un culebrón, como por ejemplo "Los ricos no piden permiso", sabe que sus personajes no tendrán paz hasta el final. Cuando parezca que se arregla un problema o una relación, algo pasa para que el malo se vuelva a salir con la suya o las parejas se mantengan separadas. Porque de eso se trata un culebrón, uno no puede quejarse, no habrá paz hasta el final. En el otro extremo uno puede encontrar películas como las de Richard Linklater, sobre todo sus dos últimas: "Boyhood (Momentos de una vida)" y "Todos queremos algo". Son películas en las que no pasa absolutamente nada más que la vida. No hay grandes conflictos, no hay problemas, los protagonistas no se enfrentan a enormes obstáculos a superar para llegar a un final feliz (o no). "Boyhood" al menos fue un experimento, una  historia filmada en doce años en los que se usaron a los mismos actores, viéndolos crecer o envejecer. Pero en realidad en esos doce años no pasaba nada distinto de lo que le puede ocurrir a un niño estadounidense promedio, que al final del film termina siendo universitario. Como novedad la película está bien y es muy buena. Ya "Todos queremos algo" me parece que no funciona. Es la historia de un universitario en los días previos al comienzo de clases. Lo vemos conocer a sus nuevos compañeros de casa, salir a divertirse con ellos, practicar béisbol pues es del equipo de la Universidad, conocer chicas... pero no pasa nada, no hay conflicto a resolver, es como un "Gran Hermano" de la vida del protagonista. Como documental estaría bien, pero si lo que queremos ver es una historia con introducción, nudo y desenlace, acá no lo tendremos y quizás terminemos diciendo que nos aburrimos. Por eso es que aunque el culebrón no nos dé descanso y siempre arruine la felicidad del personaje a los cinco minutos de haberla conseguido, está claro por qué lo seguimos viendo y nos sigue atrapando: siempre pasan cosas, aunque sean ridículas, inverosímiles, tiradas de los pelos o que den bronca en el momento. Pero no buscamos la nada, buscamos algo que nos entretenga sabiendo las reglas del juego: en un culebrón será una sucesión de inconvenientes, varios de ellos cercanos al disparate; en una película dramática, una tragedia realista; en una comedia, una aventura alocada que busca solución, etc. Debe pasar algo, lo demás es "Boyhood" y ya la vimos, lo que no quita que queramos volver a verla. Todo depende de lo que busquemos, comparar o hacer guerra de opuestos es inútil.  

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