No entiendo el destrato

He visto distintas versiones de "MasterChef": la española, la argentina, la de niños en Argentina y ahora la uruguaya. Si bien no las vi de punta a punta, tengo una idea general de cómo se desarrolla el programa. En tal sentido, puedo decir que la versión local está muy bien hecha y a la altura de muchas otras. Lo único que creo por debajo de la media es el nivel de los participantes (no me parece bueno lo que cocinan los uruguayos y cómo lo presentan), pero no es eso de lo que quiero hablar. Lo que me molesta en todas las versiones es el maltrato al que los jueces someten a los participantes. No lo entiendo. Creo que partiendo de la base de que todos somos personas, hay una línea de respeto que no debe perderse. Si las cosas se hacen bien o mal es algo que nos puede pasar a todos y no por ello nos tienen que marcar los errores como si fuéramos gente de segunda clase.Y, en el caso de "MasterChef", hay que tener en cuenta que se trata de amateurs cocinando, no son profesionales. Por lo que en los primeros programas debería existir algo más de tolerancia. Pero, aún avanzado el programa y con la necesidad de exigir más nivel, tampoco eso tendría que dar piedra libre para el maltrato. En la edición uruguaya, los tres jueces me parecen muy agresivos y maleducados. Quizás se salve un poco Sergio Puglia (pero sigue la línea), mientras Lucía Soria y Laurent Lainé se pasan en su "postura personaje". Ser exigente es una cosa, maltratar es algo muy distinto y yo siento que los participantes son maltratados. Se puede enseñar, exigir y pedir calidad sin poner cara de malo y sin usar frases hirientes. Los concursantes cocinan porque les gusta y sienten felicidad al hacerlo, no entiendo por qué eso se tiene que transformar en un infierno. Mi hermano es chef y disfruta de lo que hace, así que sé por tener una experiencia cercana que cocinar bien y siguiendo pautas no tiene por qué ser una tortura. Me gustaría que "MasterChef" transmitiera eso porque, ante todo, es un programa de entretenimientos planteado como un juego en el que se evalúa algo que para muchos es una pasión y se lleva adelante con alegría. A no olvidarse de eso y, sobre todo, a respetarlo.