Tabárez dirige, los periodistas informan

"Nosotros no sabemos nada de Perú y gracias al gran despliegue del periodismo uruguayo ya en Perú saben todo lo que hicimos. De modo que no le voy a agregar más, ya está". Palabras de Oscar Washington Tabárez, D.T. de la selección uruguaya, a los periodistas deportivos que lo consultaban sobre la formación celeste para el partido por Eliminatorias contra los incaicos. Pregunto yo: ¿los periodistas trabajan para Tabárez o lo hacen para los medios que los contratan? ¿Se deben a su público o a la selección uruguaya? Más allá de que sean hinchas y que quieran que gane Uruguay, su función como periodistas es informar. Así que Tabárez está equivocado si se enoja con ellos. A él le paga la Asociación Uruguaya de Fútbol por entrenar a la selección y procurar llegar al Mundial. A los periodistas, no. Si ellos cuentan en los medios para los cuales trabajan lo que hace o deja de hacer la selección celeste, lo que saben porque buscan la información y lo que opinan, es porque ese es su trabajo. Y Tabárez no tiene derecho a enojarse. Puede no decirles nada porque considera que eso favorece al rival, está en su derecho. Pero no puede exigirles que se callen lo que saben y acusarlos irónicamente de estar ayudando al equipo que se va a enfrentar. Que todos seamos hinchas de Uruguay no nos obliga a hacer todo lo que está a nuestro alcance para que gane, no hay ley que nos obligue a ello y no debería haber sanción social por no hacerlo. Tampoco es que los periodistas oficiaron de espías para los peruanos y si los periodistas peruanos ocultaron información de su seleccionado a propósito, los que son malos profesionales son ellos. No hay que confundir el deber laboral, que tiene sus límites también (eso no se discute, nadie va a hacer nada que esté reñido con sus principios, al menos eso es lo que se espera), con los deseos personales. Si un periodista no es capaz de separar una cosa de otra o considera que son contradictorias, que deje su trabajo.  Pero si sigue en él, que nunca pierda de vista cuál es su función. Si Tabárez se enoja, el que se está equivocando es el entrenador.