¿No es un poco mucho?

Entiendo el juego de "ShowMatch"y entiendo también que ver el programa es prestarse a jugarlo. No comparto eso de criticar cuando está claro lo que es. Pero aún así hay cosas que me molestan, hilos que se ven demasiado y terminan arruinando ese contrato tácito de "yo hago que creo lo que veo y vos hacés que lo estás haciendo en serio". Por ejemplo, todos -o la mayoría- nos damos cuenta de que la gran mayoría de los escándalos son armados o exagerados, pero jugamos a que los creemos y nos divertimos con ellos. Porque a eso apunta el programa, a que nos entreguemos a su ficción para divertirnos un rato. Pero cada vez me gustan menos cosas como las que ocurren últimamente, eso de que todos los presentes en el estudio se emocionen hasta las lágrimas con una coreografía de baile que no dista mucho de las demás, o que en realidad está muy bien, ¿pero para llorar y poner música emotiva luego? Pasó recientemente con Hernán Piquín, un talentoso sin duda en la danza, y su presentación en el Aquadance. ¿Fue para tanto? ¿Para las lágrimas de Marcelo Tinelli, para el 11 que Nacha Guevara le hubiera querido poner si existía esa calificación, para el llanto del propio Piquín? Se nota demasiado a quién se le paga más y a quién menos entre los participantes del "Bailando", al menos estas situaciones parecen mostrar eso. El mismo trato tienen con Eleonora Cassano o Mora Godoy, de las que no reniego su talento, pero vamos, tampoco todo lo que tocan lo convierten en oro. Bailan muy bien, más algunos ritmos que otros, pero no da para que todos terminen llorando al final y actúen como si viniéramos de asistir al momento más sublime de baile de los últimos tiempos. Es "ShowMatch", sigue siendo un programa de televisión. Un programa que no veo siempre pero que sigo respetando por el profesionalismo y la seriedad con que se hace, más allá del humor del que está impregnado. Por eso me enojo con estos detalles, porque yo quiero seguir viendo los títeres sin que aparezcan los hilos. Al menos no de forma tan grotesca.