La envidia, deporte uruguayo
Dos hechos que ocurrieron en la semana sumaron ejemplos a mi idea de que el uruguayo es un ser envidioso. Por un lado, la entrega de los premios Iris a la radio y la TV uruguayas; por el otro, el retiro de Camila Rajchman de la banda Rombai. Surgieron miles de comentarios en las redes sociales, en su mayoría negativos y malvados. En el primer caso, de los que no se llevaron premio o simplemente discreparon con quiénes sí los ganaron, pero con argumentos muy pobres o simplemente careciendo de ellos. En el segundo, de gente que no paró de hablar de la falta de condiciones de Rajchman para el canto o el despliegue escénico. En ambos casos olvidando que si los que ganaron el Iris y la cantante están donde están, por algo será. Alguien los eligió y los apoya, más allá de los que otros califiquen como "errores" o falta de cualidades. Este tipo de situaciones me hacen recordar a un profesor de Historia del Arte que tuve que, cuando le tocaba la clase en la que mostraba obras de arte moderno, en las que la foto de un inodoro o tres trazos con un pincel se traducían en obras de millones de dólares, expresaba: "ustedes dirán 'yo hago cosas mejores' o 'eso hasta yo lo hago'. ¿Entonces por qué no lo hiciste o por qué no lo hacés?". Es lo que me pasa con los dos hechos de la semana mencionados, si hay tanta gente mejor o más talentosa que los que ganaron los Iris, ¿por qué no se traduce eso en la TV y la radio uruguayas? ¿Por qué no hay más producción nacional y de la buena? ¿Por qué siempre están los mismos programas o comunicadores haciendo lo mismo? Y en el caso de Rajchman, ¿por qué no hay más bandas con cantantes excelentes? ¿o simplemente más bandas de éxito pasajero que tengan las mismas repercusiones que Rombai o Marama? No nos bancamos el triunfo ajeno, no sé si será por el tamaño del país, en el que nos conocemos todos y por eso no podemos tolerar que el que vive puerta de por medio tenga más éxito que yo, o por alguna razón sociológica o cultural. Nos sale criticar, criticar y criticar... y lo que es peor, incluyendo la burla y el tomar el pelo como el camino más directo. Creo que uno puede estar o no de acuerdo con la labor de un comunicador o la voz de un cantante, pero ante una buena porción de público que lo sigue (que en el caso de Rombai ya habría que hablar de millones considerando su éxito internacional), deberíamos pensar "algo habrá, algo tendrá". Llámenlo ángel, suerte o 15 minutos de fama. Si lo hace con su esfuerzo -sea poco o mucho- y sin causarle mal a nadie, ¿por que no dejarlo vivir y ganar? Y si yo soy mejor que eso o puedo hacerlo mejor, ¿por qué no demostrarlo en lugar de solo decirlo? Si muchos pensaran así y dejaran de igualar para abajo, quizás tendríamos más y mejores productos nacionales. Quizás... me puedo equivocar, pero por ahora son muy pocos los que hacen algo para que pueda comprobarlo.
Concuerdo contigo en cuanto a lo que tiene que ver con Camila Rajchman, fue maltratada innecesariamente, y estoy seguro que el 90% de ese maltrato trasunta envidia pura y nada sana. Fueron muy pocos incluso los que valoraron su actitud de dejar la banda, debe haberle costado mucho tremendo acto de sinceridad y supo hacerlo dignamente.
ResponderEliminarCon los Iris me pasa otra cosa, como televidente y radio escucha tengo mis programas, periodistas y conductores preferidos y es casi obvio que pienso que son los mejores. Incluso estos días que estoy viendo mucho Canal 5 y TV Ciudad he llegado a pensar que muy buenos programas ni siquiera asoman en las ternas de los Iris.
Pero hay que entender que esto es una industria y que los premios tienen su lugar en el mantenimiento de la misma y si este año no fue será el otro, de lo contrario perdemos todos.