Hay actores que se aman o se odian. Hay actores que siempre hacen de sí mismos o el mismo personaje y otros que desaparecen tras el rol que interpretan. En todos los casos, siguen siendo actores y su característica es tan válida como de las que carecen. Entonces entran a tallar los gustos del público, que es lo que definitivamente importa. Adrián Suar genera eso, que unos lo amen y otros lo detesten; que se diga que siempre hace el mismo personaje, y que eso moleste a algunos y sea valorado por otros. Porque si, en definitiva, siempre hace el mismo personaje y lo hace bien, ¿cuál es el problema? Si cumple con las expectativas, ¿por qué está mal que lo haga siempre con el mismo disfraz? En "Me casé con un boludo", puede que Fabián, el actor egocéntrico y bastante banana que encarna, se parezca mucho al personaje que hace ocho años hizo en "Un novio para mi mujer", o al de "Solamente vos" o al de "Igualita a mí", y la lista puede seguir. Hay quienes incluso se animan a decir que así es él. En cualquiera de los casos, ¡qué importa! si la comedia que interpreta, sea en la pantalla grande o en la chica, divierte.Y eso es lo que pasa con "Me casé con un boludo", una película a la que le cuesta arrancar, se toma su tiempo en el planteo del problema (actriz de poco talento se casa con actor famoso y se da cuenta de que se enamoró del personaje. Cuando éste se entera de su decepción, pide ayuda a un guionista para ser igual a ese personaje que enamoró a su mujer). Pero superada esa primera parte, la historia fluye y sus protagonistas -Suar y Valeria Bertuccelli- despliegan toda la gracia y la química que los une. Suar es efectivo en lo que hace y Bertuccelli es una comediante enorme que sabe ser el contrapunto perfecto para su compañero. Juntos son dinamita, al menos la dinamita que se necesita cuando uno va al cine en busca de una comedia para pasar el rato, en procura de algo entretenido que no tiene por qué ser perfecto. Si es eso lo que quiere y si es de los que no odia ni ataca a Suar por su labor actoral, si le gusta lo que ha hecho junto a Bertuccelli en "Un novio para mi mujer", esta película colmará sus expectativas. Los demás, abstenerse, pero sin denostar los gustos y logros de otros. Suar no lo merece y el público que lo sigue no está equivocado por hacerlo.
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