Dejemos a nuestros vecinos en paz

Como si no hubiera bastado con aquella campaña poco feliz de "un argentino, un hermano" del Ministerio de Turismo, ahora Ricard hace algo similar con su producto Ricardito. El Ricardito uruguayo es perfil bajo, "nunca se la creyó" y todo lo que se pueda considerar como positivo en torno a eso, pero se les da por imaginar un Ricardito argentino y ahí aparece el Ricardito cholulo, farandulero y participante de "Bailando por un sueño". Pasa algo similar cuando imaginan un Ricardito brasilero, entonces se ve a una scola do samba cantando "Ricardito, el mejor del mundo". Como chistes internos están bien, no lo veo bien para utilizar en una publicidad alimentando rencores. Porque está más que claro que hoy las fronteras no impiden que las cosas se conozcan fuera de ellas. El mundo es más global que nunca y no es necesario que haya argentinos o brasileños viendo la tele en Uruguay para que en sus países se sepa de la existencia de esta publicidad. No me niego al humor, pero creo que algo debimos haber aprendido con la campaña de "un argentino, un hermano" y no "un amigo". A nuestros vecinos no les cayó demasiado bien y es lógico. Y en ese caso era para promocionar que vinieran a hacer turismo a Uruguay y los tratáramos como corresponde. ¿Ricardito tendrá intenciones de venderse en Brasil y Argentina? ¿Caerá bien allí la idea que los responsables del producto tienen de sus habitantes? Igual mi rechazo a esa publicidad no pasa solo por el lado de si beneficia o no al producto económicamente, sino por una cuestión de buena vecindad. Sobre todo con dos países de los que dependemos mucho y de uno especialmente -Argentina- consumimos su cultura diariamente y nos hemos formado en ella. ¡Como para burlarnos!¿Acaso no existen uruguayos desesperados por que los convoquen al "Bailando"? ¿La versión uruguaya de la revista Caras no es una copia fiel de la argentina, con títulos igual de "polémicos" o provocadores? ¿El uruguayo realmente no se la cree? Para mí se la cree, no me canso de oír que somos mejor que los argentinos (eso es una forma de creérsela), cuando -en muchísimas cosas- no podemos ser más parecidos. Y considero que eso no es malo, es más, necesitaríamos parecernos más aún en algunas otras cosas para salir de país "perfil bajo", una cualidad que no siempre funciona a la hora de pensar en progresar y salir adelante.

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