Una serie redonda

Cuando una serie cierra, el televidente se siente reconfortado. No perdió su tiempo durante ocho, diez o más capítulos con una historia que le hizo trampa. Y hacer trampa se entiende por sacar explicaciones de la galera, cambiar el tono de repente o insinuar que la cosa se va a terminar en el último capítulo y finalmente dejar cabos sueltos para una posible nueva temporada.  "El Jardín de Bronce" (HBO) cierra, aún cuando se ha estado especulando con probables nuevas temporadas. Pero serían con Fabián Danubio (Joaquín Furriel) resolviendo otros casos. El de la desaparición de su hija Moira ya quedó resuelto, no hay más sorpresas, se supo todo lo que había que saber y todo encajó. Encajaron las imágenes inexplicables de años atrás y encajaron todas las piezas que fueron apareciendo capítulo a capítulo. Lo que empezó insinuándose como un posible caso de trata de personas, derivó en un drama con terrible secreto familiar. Pero fue un transitar lógico, no una vuelta de tuerca o un cambio de tono porque la historia no estuviera funcionando. Hubo una novela atrás de Gustavo Malajovich que daba un buen respaldo al asunto, pero más allá de eso se respetó al espectador, y se le brindó un producto coherente, bien actuado, excelentemente ambientado (desde las citadinas locaciones de Buenos Aires hasta los paisajes agrestes y desolados de Entre Ríos) y muy bien narrado, con idas delante y atrás en el tiempo bien delineadas. Valió la pena ver esta serie argentina con el sello Pol-ka, una productora que sabe muy bien lo que hace y lo demostró también en "La fragilidad de los cuerpos" (TNT). La ficción argentina es de las mejores de América Latina y lo demuestra con series como ésta, que hacen que uno pida más porque sabe que no va a salir defraudado.

Comentarios

Entradas populares