Demasiado "déjà vu"




Que todo está inventado, ya lo sabemos. Pero igual, ver historias que ya se han hecho nos suena muchas veces a una especie traición. Por ejemplo, en Monte Carlo TV se están emitiendo dos ficciones, de distinto origen, con historias ya hechas en otros lados, o al menos muy parecidas. La argentina "Golpe al corazón" tiene como protagonista a un hombre (Sebastián Estevánez) que se enamora de una mujer (Eleonora Wexler) que ha sido trasplantada con las córneas de quien fuera su esposa, hoy obviamente fallecida. Una historia muy parecida a la de "Hechizo del corazón", película en la que el personaje de David Duchovny termina enamorándose del de Minnie Driver, casualmente la mujer que recibió el corazón de la esposa fallecida del primero. Hasta llegar al "final feliz" es evidente que en ambos casos se plantearán las dudas de cualquiera de las dos mujeres sobre la legitimidad del amor del hombre que han conocido. ¿Me ama a mí o está conmigo porque yo tengo algo de su esposa a la que sigue amando? El otro caso es la peruana "El regreso de Lucas", la historia de una familia que llora la desaparición de un hijo, que no sabe si murió o no. Veinte años después, un joven aparece diciendo que es Lucas, dividiendo a la familia entre quienes le creen y quienes lo consideran un impostor. Algo muy similar a lo que contaba la serie estadounidense "El secreto de Adam" ("The Family" su título original), que en América Latina se vio por AXN. En este caso, el chico desaparecido era nada menos que el hijo de una hoy alcaldesa (Joan Allen). La desaparición se produjo hace diez años y en el presente aparece un joven afirmando que es Adam. La gran duda y motor de la historia son los mismos que en la serie peruana: ¿se trata realmente de Adam? En este último caso no puedo decir que ambas ficciones coinciden en su final, pero el desarrollo sin duda va por el mismo camino (incluso en las dos se insinúa un romance entre posibles hermanos). El público se recicla, hay unas pocas historias que se repiten siempre pero presentadas de distinta manera, etc., etc. Todo eso es verdad, pero en algunos casos da la sensación de que no hay mucho margen para cambiar lo que se va a contar. Está en el público dejarse sorprender y ver las historias sin que la sensación de "ya visto" lo asalte a cada momento. A mí me suena a burdo refrito y preferiría que pusieran más empeño a la hora de crear nuevas ficciones. Y, en algunos casos, me gustaría que no me lo vendieran como una "nueva gran historia que no podremos dejar de ver"... muchos ya la vimos.


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