Mucho público, pocas nueces

El gusto popular es algo inexplicable. Si no fuera así, todos alcanzarían el éxito fácilmente. La trilogía "Cincuenta sombras de Grey" es un claro ejemplo de ello. Para mí es inentendible que cualquiera de las tres películas sobre los libros de la británica E. L. James pueda llevar tanta gente al cine, pero lo hace. Las cosas que cuenta cada film son tan tontas y poco creíbles, que lo lógico sería pensar que el atractivo está en los encuentros sexuales de Anastasia (Dakota Johnson) y Christian Grey (Jamie Dornan)... pero no, se ha dicho más de una vez -y comparto- que lo que menos hay en esta pareja es química. Mal podrían entonces encender la pantalla las escenas de sexo que protagonizan. Antes de que se estrenara en cine, la expectativa era ver todo el erotismo y sexo presentes en el libro, en la pantalla grande. Cuando la primera película llegó, lo que se vio fueron escenas muy ingenuas, lo que se llama erotismo pasteurizado, nada ajustado a lo que los libros les brindó sobre todo a las lectoras. Lo que se dijo entonces fue que lo que teníamos enfrente era una comedia romántica común y silvestre, matizada con supuestas escenas de sexo de alto voltaje. Para una sola película podía funcionar. Pero la cosa se extendió a dos más, del mismo tono, salvo por la incorporación de un elemento policial que se termina de resolver en "Cincuenta sombras liberadas". Pero todo contado con un grado tan poco creíble, llegando a rozar el ridículo. Y, otra vez, las escenas de sexo no llegan a encender la pantalla. Incluso, en la tercera película, son una especie de escenas de transición que no contribuyen en nada a la trama. Salvo con cumplir con la cuota "erótica" que la franquicia demanda y prometió siempre a su público. Capítulo cerrado -esperemos- para Johnson y Dornan en lo que refiere a sus carreras, dos actores que merecen productos mejores ya que demuestran que no son malos en lo suyo. Pero, en este caso, no pudieron hacer nada con un producto que no pasa de comedia romántica pasatista y olvidable. Una opinión sin duda muy personal porque las cifras de la taquilla me la cuestionan sin remedio. Igual sigo sin entender qué le ven a esta historia, el gusto popular es efectivamente algo inexplicable.

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